lunes, 24 de agosto de 2015

El zapato de trabajo ideal

Casi más importante que elegir un buen calzado diario es elegir un buen zapato de trabajo. Debemos pensar en un calzado que más que estético se acomode a nuestras necesidades físicas, entorno, tipo de trabajo a realizar etc.

En cuanto a los pies podemos contar con dos tipos de lesiones que puede producirse:

El primer tipo incluye lesiones de pie por pinchazos, trituración, esguinces y laceraciones.

El segundo grupo incluye a los de las lesiones resultantes de resbalones, tropezones y caídas.

A la hora de elegir un buen zapato de trabajo tenemos que tener en cuenta otras dolencias como si se producen callos, uñas enterradas  o simplemente la sensación de pies cansados; problemas muy comunes entre los trabajadores. A pesar de que éstos no se consideran como lesiones profesionales, pueden derivar en graves consecuencias para la salud y la seguridad en el lugar de trabajo, causando molestias, dolor  y fatiga.


¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un buen zapato de trabajo?
  • Absorción de golpes: Absorción del impacto en el momento en el que el con el zapato tocamos el suelo o estructuras de la zona de trabajo.
  • Acolchamiento: Capacidad de la parte inferior de los zapatos para adaptarse a la forma del pie y distribuir la presión por toda la superficie plantar mientras se camina.
  • Flexibilidad: Ayuda a nuestro tobillo ya que se relaciona con la capacidad del zapato para favorecer o soportar el movimiento de flexión de nuestro tobillo.
  • Torsión: Va en la línea de lo anterior y es la capacidad del zapato para favorecer esos movimientos de rotación, pronación, supinación del pie etc.
  • Fricción: Hablamos de la capacidad de agarre del zapato, de resistencia al deslizamiento.



¿Cómo debería ser el zapato de trabajo ideal?
  • El peso del zapato no debe superar los 800 gramos.
  •  Debe contar con un tacón menor a 5 cms de altura. Los tacones más altos incrementan la presión en la parte media del pie y en la fuerza de impacto.
  • La suela deberá tener al menos un 0,5% de coeficiente de fricción.
  • La cara interna de los zapatos debe ir  directamente desde el talón hasta el final del dedo gordo del pie.
  • La punta del zapato  debe permitir la libertad de movimiento de los dedos de los pies. En algunos casos dependiendo de la profesión la punta deberá ir reforzada.
  • El calzado debe tener un agarre firme al talón (nos referimos a una costura firme).
  • Los zapatos deberán tener insertos para mejorar la comodidad. Estos insertos no son “plantillas comerciales” que se adquieren en tiendas de conveniencia o farmacias.Los insertos completos con soporte para talón y soporte para el arco pueden reducir un 25% la presión en el talón, un 24% de las fuerzas de impacto.

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